Queremos escucharnos, no Escucharlo

" Este es el juicio: que la luz vino al mundo, y los hombres prefirieron la tiniebla a la luz, porque sus obras eran malas. Pues todo el que obra el mal detesta la luz, y no se acerca a la luz, para no verse acusado por sus obras. En cambio, el que obra la verdad se acerca a la luz, para que se vea que sus obras están hechas según Dios".
Hay Palabras que hoy no se dicen con mucha asiduidad o que se dicen en voz bajita, como un susurro, muchas veces en nombre de esos respetos o temores que nos imponen las sanciones virtuales. El temor a la censura de los epítetos que nos hacen perder popularidad o followers. Sin embargo, la Palabra de Dios nos dice de tener cuidado de no cambiar o dejar de proclamar el mensaje de manera entera.
Una de esas Palabras es el Juicio. (No olvides hacer Click en el enlace). Cuando pensamos en ella nos viene a la mente una carga de temores y miedos, en algunas ocasiones angustias, ansiedades provocadas por estar ante el tribunal del cielo y ser juzgados según los criterios de los hombres y no los de Dios. Él, quien escruta los corazones y conoce todo con profunda claridad sabrá dar a cada uno lo que le corresponde. A decir verdad, no nos debería preocupar el juicio sino la preparación para el juicio.
Pensamos en una realidad posterior, olvidando la preparación anterior. Hay una gran alegría en el tiempo presente porque es un tiempo para preparar ese encuentro. Una de los aspectos que debemos tener en cuenta es que un juicio no versa sobre lo perdonado, si perdonado esta y se han hecho las debidas reparaciones, no se puede juzgar dos veces sobre la misma materia y menos si esta ya ha sido perdonada. Se juzga por la deuda no por el pago realizado.
La Luz ha dejado patente nuestras oscuridades, como es de alentador para mi, la presencia de la Luz, el ponerse de frente a la Luz. He encontrado en ello mucha fuerza, pues el acercamiento a la Luz deja patente ante mis ojos mis imperfecciones y sé donde limpiar. Hay personas que aseguran que no van a misa porque allí se les dice en que están actuando mal y eso no gusta. Sin embargo, viene a mi mente el enfermo que no quiere ir al médico para que le diga que esta enfermo. Ir al médico ayuda para encontrar el tratamiento y recibir la medicina que curará mi enfermedad. Máxime cuando el médico es experto en mis enfermedades. Quien sino podrá curarnos sino aquel que sabe cual es el remedio?.
Hay una expresión que viene a mi mente, el que da limosna limpiará sus múltiples pecados. Mejor es dar limosna que acumular tesoros, pues la limosna libra de la muerte y limpia de todo pecado.”, (Tobías 12:8-9). He ahí lo que significa la medicina, el tratamiento y el agradecimiento. En la vida ordinaria escuchamos a una persona decir: Aquel médico es muy bueno por que me curó. Esa recomendación se llama agradecimiento pero al mismo tiempo se convierte en limosna. Pues en la medida que digo quien me curó estoy haciendo un bien para el otro.
Es en nuestras obras que manifestamos la cercanía con la Luz. En esa cercanía crece el deseo del encuentro y no el temor ante el juicio. Cara a cara hablo con él, abiertamente y no en dichos oscuros, y él contempla la imagen del SEÑOR. ¿Por qué, pues, no temisteis hablar contra mi siervo, contra Moisés? Números 12,8. Hablar cara a cara con la tranquilidad que las obras hechas en en la luz no nos condenarán. En este tiempo Pascual el protagonista es el Resucitado, Jesús, pero su anuncio Pascual será también la del envío del Espíritu Santo. Dios Espíritu Santo, su persona es ese fuego ardiente y purificador que transforma nuestra vida y nos hace ver con claridad nuestra humanidad.
Con Dios a golpe de sorpresas.