Es Domingo, ¡ Dies Domine¡
Un cariñoso abrazo en Jesús Señor nuestro en este maravilloso Domingo día del Señor. El próximo domingo tendremos el inicio de la Semana Santa con la celebración del Domingo de Ramos, cantaremos con el Pueblo de Jerusalén, ¡ Bendito el que viene en el nombre del Señor ¡.
Hoy escuchamos a Jesús decirnos que él es la Resurrección y la Vida. Prueba de ello es el episodio de la vuelta a la vida de Lázaro que llevaba varios días en el sepulcro.
Sin embargo empecemos diciendo algo del profeta Ezequiel que nos anticipa lo prometido por el Señor. El nos sacará de nuestros sepulcros. Podemos leerlo de manera literal prueba de ello será Lazaro y la hija de Jairo, lo leemos también de modo espiritual, es Jesús quien nos rescata de la muerte del pecado, los sepulcros de la muerte lejos de Dios y por supuesto de manera profética que se refiere a la segunda venida del Señor, la Resurrección y el Juicio final. Unos para la Vida Eterna y otros para la Condenación Eterna.
Los que hemos leído al profeta Ezequiel estoy seguro que muchas veces habrán dicho que parece un guionista de Hollywood, lleno de imágenes que lo transportan a uno a la ficción. Pero les aseguro que no estamos ante un Oscar por mejor guionista, ni mucho menos ficción, estamos ante un profeta de Dios, que nos anuncia con aquella máxima de la Sagrada Escritura. ¡ Esto dice el Señor ¡. Y Dios no miente.
Ese es el gran amor de Dios, querer sacarnos de nuestros sepulcros. Una de mis pasiones además de las montañas son las cuevas, en el mes de enero en mi descanso tuve la oportunidad de estar en unas. Esa oscuridad, la humedad, el olor a cosas en descomposición, el no saber para donde seguir, qué nos vamos a encontrar, qué nos va a morder o a picar, sin embargo en medio de eso tan incierto hay algo que me fascina, el viento que sopla de algún lado que es el camino para llegar a la salida y ver la luz. Esa luz que al fondo se nos presenta como esperanza y tranquilidad. En la isla de Pascua hay un cueva muy particular, la entrada queda a ras de tierra, uno va caminando y se encuentra una abertura pequeña, estrecha comienza luego uno a bajar y en la oscuridad siente uno mucho miedo, camina a tumbos, se golpea y después de una larga caminata en la oscuridad finalmente llega uno a una boca y a una caída impresionante al mar, decenas de metros entre la boca de la cueva y abajo el mar, al frente la inmensidad del mar. Allí pensé que si no hubiese vuelta atrás el único camino es caer y morir.
Tenemos dos caminos, la luz que nos lleva a seguir caminando, con los nuestros o la caída que nos lleva a la muerte y dejar los nuestros. ¿ Cómo se produce lo uno o lo otro?. San Pablo en la carta a los Romanos nos dice que debemos vivir según el Espíritu es decir vivir iluminados y impulsados por la fuerza de Jesús, la fuerza de su Palabra que nos rescata de la muerte y nos da vida.
Vivir según la carne o según el Espíritu. Dicho más simple vivir según la tendencia del mundo que quiere vivir sin Dios o vivir según Dios que nos da la verdadera felicidad.
¿Cuál es la estrategia de Jesús?. El episodio de Lázaro nos muestra tantas cosas de cómo Jesús lo quiere y lo hace. Uno es la amistad, entre las cosas que gusto de este pasaje es la amistad de Jesús con la familia de Lázaro, dice que los amaba. Amaba a Marta, a su hermana y a Lázaro. Tantas veces creemos que Jesús era insensible a las emociones, que solo habla del cielo sin los pies en la tierra. Si hay un pasaje que muestra esa humanidad de Jesús es el del día de hoy. Los amaba, pasaba tiempo con ellos, dormía en su casa, comía con ellos. Sus amigos a los que amaba.
Un segundo aspecto es la Fe de la familia en Jesús. Ellos creían en él, lo amaban y creían en él. Por eso Marta proclama solemnemente que Jesús es el Mesías, que Él es Dios con nosotros. Aunque ella le duele la muerte de su hermano y que lleva cuatro días muerto, cree en la Resurrección. En el mensaje de Jesús. Yo soy la Vida. Por qué de este detalle? Podemos nosotros decir que somos amigos de Jesús, que lo amamos, pero no nos creemos su mensaje. es decir, creo en Jesús, pero no en lo que me pide Jesús. Soy amigo de él, pero no hago lo que él me pide. Ejemplos de ello muchísimos.
De allí se genera su dolor. Cuanto nos quiere Jesús, en Lázaro debemos ponernos cada uno. Jesús llora por mí y por ti, somos sus amados y aunque en el sepulcro de nuestros pecados estemos oliendo mal, él llega a nosotros y nos vuelve a gritar con insistencia, entre lagrimas. ¡Lázaro, sal de ahí¡.
He ahí el sujeto de su amor, he ahí la razón de su Encarnación. Sal de ahí y vuelve aquí. No seas incrédulo. Aunque huelas mal, aunque te veas mal, aunque todos ya te hayan dado por muerto, Jesús llega a la puerta de tus sepulcros y te dice: Sal de ahí. Nos saca, nos desata y nos pone a caminar de nuevo. Su Palabra tiene el poder para sacarnos de nuestros sepulcros y devolvernos la Vida.
Y volverá a nuestra casa a compartir nuestra vida diaria, pues él le encanta pasar y quedarse con nosotros. No nos estará recriminando recordándonos de dónde nos sacó, él nos estará hablando de a dónde nos lleva.
Con Dios a golpe de sorpresas.